jueves, 14 de diciembre de 2006

La Indiferencia

Quisiera que todo fuera como antes, te veo y tu belleza sigue consumiendo estos dos ojos, pero las heridas tuyas y mis cicatrices dicen que esto ya no es lo que pudo ser. Ni tu orgullo ni mi carencia de humildad dejan que algo pueda llegar lejos, te hablo y te molestas conmigo, no te digo nada y tu no me dirijes palabra. Quisiera ser el médico que sane tus heridas, pequeña niña lastimada, y no me puedes tener confianza, nuestro juego de indiferencias no conlleva a ningún lado, el olvido será nuestra mejor cura. Sanemos pues, reposemos y dejemos que nuestro dolor se aplaque. Olvidemos que aquí no paso nada, y no sucederá, alimentemos nuestra alma y dejemos de caminar juntos hacia este abismo y mejor corramos, cada uno hacia diferente camino, rodeemos ese hoyo. Quien sabe, si algún día, despues de recorrer ese gran vacío, al final nos volvamos a ver. Entonces tomaré tu rostro, quitaré ese cabello que cae por tu frente, te miraré de frente, y te sonreiré. Si al verme, en tus ojos veo ese mirar con el que sueño y te recuerdo, tus labios comienzan a tornar una sonrisa y me hablarán, sabré que tu herida esta cerrada y entonces te sonreiré, tomaré tu mano, y avanzaremos juntos hacia esa luz que desde aquí despunta, apretaré tu mano, me detendré y te quitaré ese beso que tanto me debes. Es aquí, donde comenzaremos a ir rumbo a la felicidad... (¿y por qué no? a un cafecito del centro).

No hay comentarios.: