martes, 5 de mayo de 2009

Intento renacer.




A manera de bitácora, como suelo redactar escribiré hoy:
Es de noche, escucho una canción y siento la melodía en mis oidos, más no logra entrar en mi mente, la cabeza me da vueltas y no es mareo, siento euforia y a la vez una ansiedad que corre bajo mi columna, hablo con aquella amiga de años atras, con la que conviví jornadas de trabajo (o de explote :D), escucho el vibrar de las ventanas de algún imbécil que gasto su quincena en un sonido para su carro (uff, ya se paso) y pienso en la nada, o de lo que nada pienso en mi cabeza, recuerdo la platica que tuve hace una hora con mi amigo de infancia, y el mirar de sus ojos a la deriva, Qué esto que me pasa? pienso, sentado viendo hacia una cortina que limita al paisaje (o le da un giro de 180 grados) pienso en lo soso que es escribir cuando el alma no tiene brillo, pero en fin, escucho la canción, y recuerdo la necesidad que tengo de plasmar en texto lo que me viene a la cabeza, aunque sea por solo escribir, por que a mí espíritu le falta aliento, y ese soplo no lo siente, inerme y con la cerviz baja, sentado en algún rincón del cuerpo, pensando el porque de lo que no es, y de lo mal que suena el hubiera en su conciencia. Esto no entristece su esencia, simplemente ve hacia lo que no fue, y patea por lo que tal vez no paso, no se arrepiente de sus acciones, por que cada paso lo estudia antes de darlo, simplemente sabe que las caidas duelen, y por lo general voltea a los lados para ver quien lo vió, pero luego se talla las rodillas y se jacta de los moretones. Que sucede? voltea a ver al que escribe riendose de simples tonterías, se acerca al hombro de Él. Echa una tímida mirada hacia el monitor, sonrie cuando se da cuenta del retrato en que lo ponen, voltea a verme, con esos ojos pasivos y su profunda tranquilidad, lo miró y creo ver lo que piensa, se sienta a una lado y aguarda a que terminé. Nos reimos unísonamente hacia el interior, esta redacción y el acomode de ideas explotó hace unos momentos hacia la imaginación. Me paro y me retiro, mi alma me observa, y de pronto me empieza a seguir.
Creo que sabe que voy a echarme un cigarro...


Fin.

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